miércoles, 21 de enero de 2009

MUÑECOS DE AUTOR



Todos guardamos en la memoria de nuestra infancia algún muñeco/a en especial, el que por algún motivo insistimos en que nos acompañe más tiempo del necesario. Al que conservamos incluso cuando ya estaba sucio, deshilachado y deformado. No creo que nadie pueda explicar el verdadero por qué de esa decision, el por qué ese y no otro. Supongo que estas elecciones que hacemos son similares a muchas a lo largo de nuestras vidas y tienen que ver con algo mágico casi espiritual, que nos conecta con alguien o algo de una manera más profunda y emotiva sin saber bien por qué.Se me ocurre que tratando de crear una pieza para niños es interesante pensarla desde el adulto que uno es -diseñador, artista, padre, etc- tratando de sintetizar un aspecto de toda nuestra carga de experiencia, nuestras vivencias, gustos, sensaciones. Pensar el objeto, no tanto intentando ponerse en el lugar de niño, libre de preconceptos e intenciones sino, mostrándole al niño lo que a uno le gustaría que éste percibiera, el lugar por donde le gustaría hacer contacto con él. Así como el marcar limites, señalar los caminos es el lugar de los padres, y esto tiene que ver con el amor y la dedicación -ya que todo niño tiene el derecho de contar con quienes les sirvan de guías a lo largo de su crecimiento y evolución como personas-, me parece que esta bueno pensar, sabiendo que piezas y juguetes para chicos hay miles, en crear algo especial que salga de nuestra cabeza y nuestro corazón, ya que todos guardamos ahí algo mágico y singular que nos hace únicos. Y este trabajo de explorar qué pequeña porción emotiva de cada uno queremos plasmar en un objeto para darle al que lo recibe una mínima orientación, guía o lugar desde donde partir, es similar al del artista con su obra. La creación de una pieza que necesariamente sale de uno y le brinda al receptor de manera casi lúdica, una atmósfera predeterminada, que sirve como plataforma para que cada uno reinvente, cree y desarrolle su propio ¨juego¨. Y esto es sin dudas y definitivamente lo que cada niño hace cuando se apropia de un objeto, lo mete en su mochila, se lo lleva a su cama o a su rincón de juego, porque ahí es donde empieza la verdadera y más rica historia.Sumado a esto, lo que a mí me atrae e interesa del hacer, tener o regalar un objeto, es todo el trabajo que antecede a la pieza terminada, trabajo de taller, trabajo en etapas, pensar, crear, probar, angustiarse, ser paciente, y disfrutar! Así fue el trabajo que se presenta en este proyecto pensado para el Malba, donde cada artista/diseñador inventó su propio muñeco de autor, y se pudo dar forma a una parte del espíritu de cada uno, creando piezas únicas y absolutamente diferentes entre sí.Cada objeto realizado artesanalmente en el taller tiene un valor agregado, que se ve, se siente, yo creo. Horas de trabajo, de la mano de la persona puesta sobre el mismo pedacito de material, como si todos los pensamientos, sensaciones, deseos, quedaran fijadas en la pieza a lo largo de todo ese proceso de convivencia, y el que la recibe debería percibirlo como si fuera una ofrenda, como si el objeto exhalara toda la carga y el amor acumulado en todo ese largo camino.En el proyecto ¨Maminas +¨ participaron Corina Mascotti, Verónica Romano, Silvia Troian, Claudio Maroni y Juana Neumann. Muñecos Invitados: ¨Circo¨(Sopa de Príncipe) de Verónica Longoni, ¨Gato Polar¨ de Maminas y las muñecas geométricas y serigrafiadas de Silvia Lenardón.